(Prensa Vélez Sarsfield - Estadio José Amalfitani).

Esta clase de victorias te muestran lo que hay más allá. Lejos de ver el camino allanado, un triunfo de esta magnitud, te para frente a todo con la convicción de ir transitando el recorrido ideal. Con las armas de siempre y algunas novedosas, con las bajas y dolencias, las piedras en el camino que solamente le ponen condimento al andar. Porque una victoria así, no se da todos los días.

No faltó alguno que se deje llevar con la mente hacia aquel año 1994, cuando tan solo un gol, el de Omar Asad, le imprimía la mitad del vale a Vélez para ganarse la Copa Libertadores de América. Salvando los años que separan aquella fecha de ésta y también la instancia que se pone en juego, el gol que le dio la victoria a Vélez es tan importante como si hubiese sido de visitante.

Porque mucho se habló en la semana de la llegada del Santos. Sobre todo, los medios nacionales que no hicieron otra cosa que tomar partido por el conjunto de Brasil y tildarlo como favoritos en tierra velezana, minimizando al pasar la suerte de Vélez. Porque sin dudas que la victoria ante el Campeón vigente, es importante, importantísima, vital. Porque nadie le quita al Santos el prestigio y las estrellas que tiene en cancha porque todavía no está nada definido. Pero este triunfo tiene un sabor a revancha por la revancha misma. Contra todo y todos. Para esas rachas nefastas que vienen a aferrarse como garrapatas al pellejo de los sueños. Porque no sólo Mauro Iván Óbolo rompió la suya de 17 partidos sin meterla; Vélez también quebró el maleficio de no poder ganar en casa en los últimos cinco compromisos. Además, le arrebató al Santos la medalla de 31 encuentros anotando con continuidad. 

Porque el equipo está jugando los partidos con algo que le sobra y es fundamental para estas instancias. El alma, el corazón y la mente. El alma para dejar todo en cada pelota; el corazón para vivirlo y sentirlo con las pulsaciones del minuto a minuto;  la mente para ser inteligente a la hora de ser más cauteloso y desarrollar un plan táctico. Gareca ha demostrado que pueden caérseles soldados, pero sin embargo se las arregla para rearmar al grupo y así plasmar el mejor equipo en cancha. Con un Francisco Cerro que se vuelve los pulmones de un equipo que respira saludable. Pancho es el interruptor por donde se genera y se corta el juego. Fundamental para este Vélez que arriesga y que encuentra en su figura (fue la del partido) un estandarte de lucha, sacrificio y valentía desde la humildad. Porque también de esa misma forma aparece Gino Peruzzi, con la confianza del técnico bajo el brazo a copar la parada y plantarse en la cara de Neymar y proponerle un duelo como los de antaño. El pibe no solo que salió bien parado, sino que también se ganó el respeto y el aplauso de las miles de almas que coparon el Amalfitani y que le regalaron mareas de aplausos bajando desde las gradas.

Porque como se mencionó antes, era merecido para Mauro Iván Óbolo. Astuto para anticipar un centro de Emiliano Papa y con un gesto técnico fantástico descolocar a Rafael y de emboquillada desatar la locura y su desahogo personal. O Globo de O Bolo para la victoria de Vélez. Bien merecido para el flaco que desde la simpleza, apareció en el momento que más Vélez lo necesitaba. En el momento justo.

Porque Vélez anuló al Santos. Lo maniató, le quitó el balón y no le dejó agarrar las riendas del protagonismo del juego. La apagó las usinas de fútbol que descansan y que entran en ebullición con Ganso y Elano; más la vertiginosa habilidad del mismísimo Neymar. No fue el Santos que deslumbra el que actuó en Vélez; siempre sabiendo que la vuelta en casa para ellos, la van a querer aprovechar al máximo.

Por esto que se enumera, la victoria tiene una dimensión tremenda. Porque Vélez cumplió su parte y mantuvo el arco en cero. Porque su gente se fue ilusionada y con sabor a mucho en los labios. Ya vendrá la revancha donde Santos salga a asumir el rol protagónico y Vélez siempre firme como ante cada ocasión. Ya vendrá el momento de demostrar una vez más que este grupo está entero y quiere decididamente la Copa.

Twitter: @martineta16