Institución

¡Feliz Cumpleaños Lelo!

El 4 de agosto de 1930 nacía Ramón Oscar Lelo García, pionero en el cuidado y mantenimiento de las canchas de Fútbol Argentino. Entre ellas su obra maestra, el field del Estadio José Amalfitani. A los 90 años, continúa dando cátedra.

Un hombre comprometido con su labor. Así es Lelo, un verdadero referente en lo suyo.

Vélez Sarsfield es muchas cosas para quienes lo aman. Pero resulta que para el afuera, es sinónimo de ejemplo en numerosos aspectos. Objetivamente se lo define como un Club ordenado y transparente, un modelo de gestión que logra capear los chubascos económicos que atraviesa la Argentina. Es además una Institución con vocación formativa en sus deportistas, forjando que equipos que ganaron absolutamente todo.

Sin embargo los Clubes son también sus socios e hinchas, y en ese linaje a través de los años van pasando hombres y mujeres que se convierten en Instituciones dentro de la propia Institución. Sin duda alguna, Lelo García a sus 90 años, ocupa un lugar destacado en dentro de esa Galería de Notables.

Hijo de Don Ramón García y Doña Felisa, nació en Capital Federal el 4 de agosto de 1930. Desde muy pequeño, puntualmente desde sus dos años, acompañó a su padre en la tarea de organizar la utilería y mantener el campo de juego. Primero en el Viejo Fortín de Basualdo y Schmidl y luego en Liniers. Con el fallecimiento de su padre en 1983, Lelo asumió la tarea de ser el utilero y canchero principal de Vélez, un título honorífico que hoy día comparte con uno de sus sus hijos (Carlos) y su nieto (Vladimir), dándole forma a un legado de vida: son cuatro las generaciones de los García que han pasado o están trabajando en el Club.

En sus 9 décadas de vida, supo hacer de todo. Fue canchero, utilero, zapatero, barrendero y albañil. Vivió de chico debajo de la Popular Este junto a sus padres y su hermana María, quien se desempeñó en la Lavandería de la Utilería. En 1954 tras contraer matrimonio con su amada Inés Rosa Martín, más conocida como Coca, retornó a instalarse en las entrañas del Estadio, su verdadero Hogar. Y allí también crecieron sus hijos, Carlos, Ruben y Oscar.

A partir de 1966, se especializó en el cuidado del césped. Una inmaculada vocación por hacer las cosas bien lo llevó a ser extremadamente curioso en pos de conocer los secretos para que field del José Amalfitani sea consagrado como el mejor del Fútbol Argentino. Por esos años conocío al ingeniero Arturo Enrique Ragonese y nunca dejó de aprender. Incluso llegó hasta el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de Castelar para instruirse. De a poco, descubrir sobre pasturas, siembras, mantenimiento, sobrellevar las heladas, interiorizarse sobre superficies, profundidades, fumigaciones y riegos, pasó a ser parte de la rutina diaria. Así logró ser ejemplo en un oficio que estaba poco explorado y de esa labor, surgieron una gran cantidad de personas que aprendieron de su docencia.

Históricamente su recorrido siempre fue el mismo. De la utilería a la canchas, dichas así en plural porque por su mano pasaron los terrenos de juego del Polideportivo y la Villa Olímpica, pero también porque ser ejemplo implica que otros te copien, él y su equipo mantuvieron los campos de Huracán, San Lorenzo, Racing, Tigre y tantos más.

 ¿Qué decír de la utilería? Ese lugar que es un templo sagrado, emplazado en el tiempo al lado del viejo vestuario debajo de la popular local. Ahí, donde el olor a betún y el cuero de los botines, impregna las paredes que están adornadas por calcos, estampitas y fotos de Lelo con jugadores de otras épocas, imágenes que uno cuando las ve parece que el tiempo se detuvo.

Ramón Oscar García celebra sus 90 años. Literalmente, una vida dentro de Vélez. Pese a la disminuición auditiva que lo aqueja desde hace 25 años, cada mañana anda por el Club. En 2018 perdió a su hermana María y el 27 de abril, a su compañera Coca. El dolor golpea fuerte pero él se mantiene de pie, ayudado por sus hijos y nietos: Vladimir (que trabaja en la Utilería), María Belén y Lucas. Con amor se erige y sigue soplando, porque como toda Institución dentro de otra, tiene sobradas razones para seguir viviendo y haciendo escuela.

¡Salud, Lelo!

Dante Repetto, Fernández, Tello, Aldo Villagra, atrás Oscar -hijo de Lelo- y Domingo Lejona, junto a García en la vieja utilería.