La segunda mitad del 2020 ya está en curso y la pelota no rueda. Hay que ser bastante fuerte para no dejarse caer. Más aún cuando la línea de llegada asoma en el horizonte. Porque en el caso de Agustín Mulet (Buenos Aires, 22-2-2000), ser integrante de la Cuarta División en su segundo año, implica saberse un privilegiado que debe cuidar y amar el lugar que ocupa. Está cerca de la Primera y transitar este confinamiento con la personalidad de un cinco batallador como se muestra en cancha, le está sirviendo de mucho, mientra se la rebusca bajo el mismo techo con su mamá y su hermano, en Lomas del Mirador.
"La voy llevando como puedo. Entreno de lunes a sábado vía Zoom con mis compañeros y el profe Andrés Rodríguez, también dedico tiempo para pasar con mi familia", destaca el pibe que se inició de muy chiquito en el Club La Loma de su barrio para luego pasar al baby fútbol de San Martín de Liniers y de ahí, con 9 años, dar el salto a Vélez, club del cual es ferviente hincha como toda su familia.
Agustín sabe de qué se trata saber esperar su turno y aprovechar las oportunidades. Como varios chicos tuvo que aguardar un buen tiempo para jugar en AFA porque su físico era pequeño. Recién en 2016, durante el año de Séptima, empezó a sumar minutos. "En ese momento estaba mi compañero y amigo Nacho Langone jugando de volante central y yo era suplente de él o jugaba en Liga Metropolitana hasta que Lucas Rodríguez Pagano me empezó a poner de doble 5 y nos entendimos muy bien", cuenta, y de a poco todo empezó a transformarse a su favor aunque quedan las enseñanzas: "cuando no jugaba era difícil. Uno siempre quiere estar y los técnicos me decían que las condiciones las tenía pero tenía que esperar. No me quedó otra que seguir y el apoyo de mi familia fue clave para continuar enfocado en mi sueño".
"Soy un cinco que mete, tiene marca y buen juego aéreo. Me gusta tener la pelota y hacer jugar a mis compañeros. Debo mejorar la llegada al arco rival y patear más de afuera del área".
Ya en las divisiones más grandes, Mulet cobró protagonismo y en 2019 descolló con una temporada excelente. "Fue mi mejor año, hice bastante goles y jugué varios partidos en Reserva", subraya. Los buenos rendimientos individuales ayudaron a lo colectivo para pagar una cuenta que aún la Categoría 2000 no puede saldar. "Nos está faltando un poco de suerte para ser Campeones. En Quinta con Guillermo Morigi nos quedamos afuera de la final también por diferencia de gol. Y en el primer semestre del año pasado, con Bravo de entrenador, lo mismo. Ya en el segundo torneo, quedar en el camino por penales con Talleres en Semifinales después de ganar la Zona, demuestra la mala fortuna que tuvimos", advierte el Capitán del equipo.
El Torneo de Inferiores aguarda por su vuelta y todavía no hay noticias de cuándo se produciría el retorno a la competencia. Ya habrá tiempo para buscar revancha, piensa Agus y qué feliz sería lograr un título con la camiseta que ama. "Toda mi familia es de Vélez. Me hice hincha por mi viejo, quien me llevó a la cancha de chiquito. El campeonato que más recuerdo es el de 2009 contra Huracán, justo en el mismo año que fiché en el Club".
Mientras porta con orgullo la cinta en su brazo izquierdo, Mulet da pelea. "Jugar en el club que soy hincha es una felicidad enorme, es lo más lindo que te puede pasar. Quiero seguir igual, entrenando y peleándola con humildad. Demostrando partido tras partido y esperando que se dé esa oportunidad que siempre soñé tener".