El aislamiento social, preventivo y obligatorio ya pasó los 60 días. Es como un acostumbrarse a vivir irremediablemente en estas circunstancias, sobre todo para aquel que goza de salud y mantiene su fuente laboral. Otros sobreviven como pueden, lamentablemente. En el caso de los juveniles que juegan al fútbol, acompañados según la "suerte" según dónde nacieron, continúan trabajando en pos de su sueño: el siempre presente "debutar en Primera".
Por estas horas, Manuel Martín Cocca (08-11-2002, Buenos Aires) transita la cuarentena junto a su mamá y su hermana en la localidad de Vicente López. A comienzos de 2019 llegó a Vélez para arrancar en Sexta División y así como llegó, se calzó la 6 y jugó todo el año, siendo uno de los puntos altos de la Categoría que cerró su mejor temporada en la cantera.
"La verdad que se hace larga la espera para la vuelta a la competencia pero trato de llevarlo lo más tranquilo posible. Me levanto todos los días alrededor de las 8:15hs, entrenamos tres veces por semana con el Club por Zoom y las otras tres entreno solo. Por la tarde me despejo estando con mi familia, aprovechando que está mi papá, leyendo o haciendo las tareas que nos mandan", describe Manu sobre su rutina diaria.
Tiempo atrás, su relación con el fútbol empezó en el club de baby de su barrio a los 5 años y a los 6 pasó a Platense. Luego se probó en River donde estuvo 10 años hasta fines de Séptima (2018) donde quedó libre previo su llegada al Fortín.
"Estando en otro club nunca tuve la posibilidad de tener rodaje o una seguidilla de partidos como tuve cuando llegué a Vélez; por eso lo tomé como un desafío para mostrarme y crecer como futbolista que era lo que me hacía falta. Ganarme el puesto y tener la continuidad que tuve me hizo crecer en todos los aspectos; me esforcé para poder sentirme importante dentro del campo".
"Mi primer año en Vélez fue muy positivo porque me encontré con un club que se preocupa en verte crecer y hacerte mejor persona. Pude encontrar mi lugar en el equipo y pasé por cosas buenas que no me imaginaba vivir tiempo atrás".
La Categoría 2002 recién el año pasado pudo pelear por un torneo desde que compite en las tiras infanto juveniles. Nació en medio de otros dos grupos con excelentes jugadores, como son la 2001 y la 2003. No hay explicación matemática para dar cuenta por qué todos los equipos no son iguales, sin embargo para el Capitán hay valores importantes en la Quinta: "somos un grupo de grandes jugadores con ganas de crecer. Un equipo ofensivo que se quiere hacer protagonista contra cualquier rival y en cualquier cancha. Así fue el año pasado, con Pepe Griecco como Técnico, con quien peleamos ambos torneos y este año con Flavio Espósito venía muy bien todo, al principio nos costó adaptarnos a su idea pero poco a poco la fuimos agarrando".
En medio de lo significa un año muy especial por todo lo que se está viviendo, esta temporada Manuel había recibido la noticia de ser el Capitán del equipo. "Es un orgullo que me den una responsabilidad así porque siempre me imaginé llevando una cinta ya que la personalidad y el llevar un grupo adelante es algo que tengo desde chico. En la pretemporada me enfoqué en ponerme en buen estado físico para mejorar el nivel del año pasado y convencer al grupo que teníamos que pelear cosas importantes. Después de la misma, Flavio me dio la noticia que yo iba a ser el Capitán y fue algo enorgullecedor ya que era un objetivo personal pendiente", reconoce el marcador central.
En lo que va del 2020, tan solo un puñado de partidos pudo ver del Fortín previo al confinamiento, pero también siguió las acciones de Rosario Central al ser justamente su padre, el DT del Canalla. Diego Cocca acompaña a su primogénito juegue donde juegue. "Siempre me gustó acompañarlo a los entrenamientos de los clubes por los que estuvo y mirar cómo se vive el día a día en un plantel profesional. También verlo cómo piensa, trabaja y cómo lidera un plantel es algo de lo que he aprendido mucho. Me corrige muchas cosas habiendo sido defensor y me hace hincapié en que esté concentrado los 90 minutos, que aprenda a leer los partidos y el fútbol en sí. Cuando está en casa miramos mucho fútbol", reconoce Cocca Junior.
Manu se define como un central "fuerte en el 1 vs 1, uso muy bien las dos piernas y tengo buen juego aéreo defensivo. Para corregir hay muchas cosas pero por lo pronto la pelota parada en el área rival y mantener la tensión todo el partido". Muchos de esos adeptos los reforzó con su primer entrenador en el Club. "Pepe Griecco me hizo crecer también desde lo táctico; me aportó confianza desde el primer día", destaca y pone el foco en lo grupal: "los compañeros me hicieron sentir muy cómodo desde que llegué y pasamos de ser una categoría que nunca peleó nada a ser el mejor equipo en los dos torneos durante 2019".
La campaña que da cuenta el protagonista es cierto que fue muy buena. La 2002 tuvo un año bárbaro donde sólo perdió dos partidos pero uno, justamente, fue el que valía por todos: Semifinales ante Talleres de Córdoba. 1-2 en la Villa Olímpica. "Creo que una Semifinal es un partido aparte más allá de lo que hayas hecho durante el torneo. Clasificamos primeros con una buena ventaja pero a la hora del partido decisivo si perdés estás afuera; nos faltó convicción en nosotros mismos y ser más maduros para esta clase de encuentros", destaca con cierto dejo de bronca aún acumulada.
Mientras va consumiendo su ansiedad con entereza y responsabilidad desde su casa, Manuel Cocca responde sin rodeos qué significa Vélez a un año y medio de su arribo a la institución: "sabía que era un Club con buena infraestructura y buenas inferiores. Cuando llegué me encontré con un ambiente hermoso, con gente que trabaja al máximo para que mejores y todo eso hace que te levantes con ganas de seguir creciendo. Deseo poder subir al primer equipo y continuar mejorando para poder vivir de esto y ojalá, ser alguien importante en el fútbol algún día".