Allá en el tiempo, lejano ya, andaba un gurrumín de 6 años haciendo sus primeras pruebas para quedar en las filas Fortineras. Vaya a saber uno si nervios eran los que sobrevolaban su cabeza o simplemente quería divertirse jugando. Lo cierto es que fue uno de los primeros en llegar cuando empezaba a formarse la Categoría 2005 y hoy, 9 años después, ya convertido en un adolescente con marcada personalidad y los objetivos muy claros, Lautaro López permanece firme en su idea: convertirse algún día en el volante central de la Primera de Vélez.

Aquel deseo no se altera por más que tenga que entrenar desde su casa ubicada en el Partido de 3 de Febrero. La Cuarentena obligó a cambiar los planes pero Lauty permanece enfocado: "Estoy tranquilo, obviamente uno quiere que las cosas vuelvan a la normalidad pero hay que buscar la manera de sobrellevar esto. Trato de mantenerme ocupado en el día con las tareas del colegio o alguna actividad como estudiar inglés, para no estar inactivo o aburrido. Junto a los chicos de la Octava entrenamos vía Zoom, todo el plantel se conecta y la verdad que es muy lindo vernos todos juntos tratando de pasar esta situación".

Admirador de Sergio Busquets, Lautaro se define como un "jugador que va para adelante, con técnica y buenos pases que es con lo que me identifica mayormente". Comparte los días junto a sus padres Miguel y Alejandra, y sus hermanos Nahuel y Maite.

Los recuerdos del primer año en Juveniles afloran. La presentación de la 2005 resultó auspiciosa en Novena durante 2019: se quedaron a un paso de la Final del primer semestre tras quedar 2° en la Zona B (G: 10, E:1 y P: 2); misma situación en el segundo torneo de la Temporada al arribar 3° en la Zona A (G: 9, E: 3, y P: 2). "Tuvimos un muy lindo año, estabamos muy metidos con nuestra idea. Creo que el juego de la categoría se desplegó muy bien. Hernán Manrique nos convenció de la idea y nuestro fuerte fue el juego asociado, sólo nos faltó ser mas efectivos a la hora de definir. Los resultados fueron positivos, sumamos muchos puntos y estuvimos muy cerca de llegar a las instancias finales, pero es fútbol y no se pudo", analiza López.

2020 lo arrancaron en igual sintonía, pero ahora bajo el mando de Ariel Zárate como entrenador. El mediocampista de 1,80 cm explica que "hasta el parate estábamos espectacular y muy ansiosos para que empiece todo. Nos habíamos preparado para eso, jugamos algunos amistosos e íbamos aceitando el funcionamiento. La relación con el cuerpo técnico es muy buena y estamos haciendo lo posible para poder llegar de la mejor manera a cumplir el objetivo".

Todo camino de un juvenil supone capitalizar de los momentos de flaquezas. Lautaro vivió una situación particular el año pasado tras curarse mal un desgarro, inconveniente que lo llevó a perderse casi todo el segundo semestre. "Pude jugar sólo tres partidos y fue muy duro. Por suerte ahora me siento mucho mejor, más seguro, haciendo lo posible para fortalecer esa zona y que no me vuelva a pasar lo mismo. Igualmente agradezco que me haya pasado, creo que me sirvió de experiencia, estoy en una etapa de formación y tengo que aprender", señala, y agrega: "Mi función sigue siendo similar, al Chino no le gusta que juguemos mucho en corto pero de a poco me voy acostumbrando y como siempre trato de dar lo mejor de mí".

Mientras aguarda volver al ruedo, Lautaro sueña, proyecta, desea fervientemente ser el "5" de Vélez algún día. Personalidad no le falta y ascendencia sobre el grupo tampoco. Por eso porta la cinta: "Ser el capitán para mí es algo muy lindo, un orgullo, pero soy uno más en el plantel. Trato de ayudar al equipo y a cada uno de mis compañeros y me involucro en lo que se pueda. Mismo conocer a todos mis compañeros, hablar con ellos y tener una buena relación; eso es lo importante y es lo que intento".

Palabra de un Capitán que sabe muy bien lo que quiere.