No hay que relajarse, repite a diario Juan José Griecco, el entrenador que le cambió la cara a la Sexta Fortinera y la convenció de ser protagonista por primera vez en su andar formativo. Pasó en el primer torneo del año cuando en la última fecha un empate postró al equipo de ser Finalista. Y ahora, a 5 fechas de finalizar la Etapa Clasificatoria, Vélez construye su liderazgo de una manera espectacular en la Zona A: Puntero con 8 unidades de ventaja sobre el segundo, River, a quien visitarán el próximo sábado. Con 15 puntos en juego, y teniendo en cuenta que clasifican a semifinales 1° y 2° de cada grupo, el objetivo está muy cerca pero "no se relajen", vuelve a decir Pepe.
El sábado vencieron a Godoy Cruz por 1-0 para edificar su octava victoria en 9 partidos. Al minuto de juego, el guardameta Lucas Nahuel Escobar (16-05-2002 en Reconquista, partido de Merlo) atajó un penal para dejar en claro porque son el equipo con la valla menos vencida (3 goles en contra) de toda la Superliga Juvenil contemplando las seis Divisiones. Luego, este guardameta de 1,84 m. y que el lunes entrenó con el primer equipo bajo la mirada de Gabriel Heinze, redondeó una gran actuación sobre todo en el juego aéreo donde varios jugadores del Tomba amenazaban con su considerable altura.
"Tuve la suerte de poder atajar el penal al comienzo del partido y eso me generó un plus de confianza para cada situación que se venía. Sabíamos que ellos tenían gente muy alta y que podían complicarnos de pelota parada, por eso el Técnico me pidió que arriesgue y trate salir en cada balón detenido y por suerte lo pude hacer bien", señala Lucas.
Eligió el "violento" oficio de ser guardameta a sus 9 años, en el Club de baby fútbol La Nueva Roma de su Merlo natal. Furioso admirador del alemán Ter Stegen, se define "como un arquero que tiene buen juego con los pies y muy seguro a la hora de salir a cortar centros. Creo que tendría que mejorar en los saques de abajo y de arriba, eso es en lo que estoy fallando en los últimos partidos", reconoce sin ponerse colorado.
Sin relajarse pero con la seguridad que otorga una campaña casi perfecta hasta el momento, Escobar analiza el presente de la Sexta: "Al equipo lo veo muy bien en todas sus líneas, tenemos un grupo muy bueno y unido en el que tiramos todos para el mismo lado y por suerte las cosas nos están saliendo bien". Lucas sabe que, sumando ambos torneos, en el año ganaron 16 partidos, empataron 5 y perdieron sólo 1, ante River (1-4) en Ezeiza, mismo rival y escenario con el que se cruzarán el sábado. En caso de pasarlo con éxito, estarán muy cerca de quedar clasificados a Semifinales: "es lo que soñamos todos, poder llegar a las instancias decisivas que siempre nos costaron y ahora estamos muy convencidos de poder lograrlo".
¿Qué cambió en la 2002 para este elogioso presente en el que pelean todo lo que jueguen? Posiblemente la mentalidad del grupo. En eso tiene mucho que ver Griecco y la figura del fin de semana, lo subraya: "ahora somos un equipo mucho más táctico, que tiene mayor sacrificio a la hora de la presión, estamos ordenados en todas las líneas y siempre tratamos de salir jugando para poder manejar el partido".
Mientras aprende día a día de los consejos bajo los tres palos que le dispensan Jorge Bartero, Gustavo Sikan y César Gaczynsky, Lucas sueña con debutar en la máxima categoría del Club "que nos da todo". Es decir, defender el mismo arco que alguna vez defendió como nadie el ídolo paraguayo. "Chilavert es un arquero que admiro muchísimo, lo veo a veces que está observando los entrenamientos y es un orgullo enorme, sé todo lo que significa para Vélez por todo lo que ganó pero más aún por lo muy bueno arquero que fue en su época, dueño de una personalidad enorme y una pegada extraordinaria que se veía reflejada en la cancha".
Seguir los pasos del referente guaraní no es nada fácil. De a poco, sin que nadie lo apure y lejos que el error lo condicione, cerró las puertas de su arco atajando un penal al minuto de juego, en el mismo fin de semana que otro Lucas, Hoyos, pasó a la historia por una acción similar en el Monumental. No se trata de trazar paralelismos ni forzar comparaciones, solamente con saber que Escobar va escribiendo la suya con manos bien firmes, alcanza y sobra.
