La Quinta División (Categoría 2001) entiende a la perfección qué es ser protagonista. En su historia dentro del Fútbol Infanto Juvenil, ganaron dos de los tres títulos de AFA Infantil, consiguieron hace dos años el Torneo de Séptima División y disputaron las dos finales el año pasado en Sexta. Ahora están a las puertas de un nuevo partido por el título: si el sábado derrotan a Estudiantes, serán 1° de la Zona B y, a una fecha del epílogo, nuevamente finalistas.
El fin de semana vencieron 3-1 a San Lorenzo en el Bajo Flores. Doblete de Lucas Rebecchi -que ya ha sido resaltado en esta sección- y el restante del protagonista de la fecha, Mateo Pellegrino, quien comentó: "Fue un partido muy duro, sobre todo porque nos encontramos en desventaja los primeros minutos, pero lo sacamos adelante a base de esfuerzo y revertimos el resultado rápidamente. Después no quedo otra que aguantar para en los ultimos minutos poder liquidarlo".
Un saldo de 7 victorias, 3 empates y una caída, mantiene a la 2001 a un paso de la final en Quinta. Cuatro puntos de ventaja sobre el segundo, Atlético Tucumán. No desesperarse es la clave, ir paso a paso, una obligación. Para el Burro, como lo apodaron sus compañeros, "el sábado tenemos una gran oportunidad y preparamos el partido de la misma manera que el resto de los encuentros, con ansias y esforzándonos en los entrenamientos para alcanzar el objetivo".
Thiago Almada, figura del primer equipo; Joaquín García, Damián Fernández, Felipe Di Lena, Facundo Cáseres y Florián Monzón, entrenan con Primera y juegan en Reserva; mientras que Franco Vega hace lo propio en Cuarta. Son muchas las bajas que tiene el equipo para la actual temporada pero siempre se reinventan para potenciarse. "Se nos fueron jugadores importantes y cuando nos preguntamos cómo puede ser posible que sigamos siendo protagonistas, a todos se nos viene a la cabeza la ambición que tiene el grupo. Pese haber estado en lo más alto siempre vamos por más", explica el otro integrante de la dupla letal que conforma junto a Lucas Rebecchi.
El hijo del Flaco Mauricio llegó el año pasado a Vélez luego de un típico camino de "trotra mundos" acompañando a su padre por donde mandara el trabajo. La Academia del Inter de Milán, el Valencia de España y una Escuela de Fútbol en Inglaterra, fueron el derrotero hasta su arribo al Fortín. La temporada anterior alternó continuidad jugando algunos partidos en Cuarta División pero este año, ante la presencia de Florián Monzón en Reserva, se le abrió un hueco junto a sus compañeros y Mateo respondió con creces: 5 goles en la Superliga Juvenil respaldados de grandes actuaciones como centrodelantero.
Tanto esperar valió la pena. Y él lo deja en claro: "Fue duro al comienzo no jugar, pero desde afuera trataba de ayudar al equipo como fuera, haciendo el aguante, compitiendo con los chicos sanamente y mejorando para que el día que tuviese la oportunidad pudiera aprovecharla al máximo". ¿Cómo lo encuenta el presente? Sus palabras hablan por sí solas al asegurar que "me siento muy bien, cómodo y feliz. Gracias a la ayuda de mis compañeros y el cuerpo técnico puedo mejorar día a día. Y se está viendo reflejado cada sábado".
Mientras se prepara para terminar el semestre de la mejor manera, Mateo Pellegrino se apoya en sus raíces y proyecta en grande: "Mi viejo siempre me cuenta que haber jugado acá significó un gran salto en su carrera. El me hizo hincha del Club. Estoy muy agradecido a Vélez y me siento un privilegiado de jugar con esta camiseta. Trabajo para llegar a lo máximo y ojalá pueda lograr todo lo que me proponga".