Para el marcador central de la Quinta División, el 2015 fue un año que pronto espera quedar en el olvido. En mayo se rompió los ligamentos cruzados y un virus posterior en su rodilla le permitió jugar tan sólo dos partidos. Preparado para un gran 2016, Miguel Brizuela ya planea su ansiada vuelta.
No todo es resginación por no salir los fines de semana con los amigos o cuidarse en las comidas. La vida de un adolescente futbolista implica sacrificios e incluso cumpliéndolos, el objetivo de jugar en Primera no está asegurado. Más aún siendo capitán y figura en tu equipo, nada resulta sencillo en la carrera de un joven jugador. En las malas es cuando más se aprende, saber pasar las desaveniencias resulta clave en todo esto. Miguel Marcelo Brizuela, próximo a cumplir 18 años el 5 de enero, lo sabe mejor que nadie.
"Comenzamos el año con una suspensión (N de R: por la gresca en la que derivó el último partido del año 2014 ante Independiente) y recién empecé a jugar en la cuarta fecha. Jugué ante Gimnasia y luego frente a Quilmes pero a los 10 minutos, fui a un cruce y se me fue la rodilla: rotura del ligamento cruzado anterior de la pierna izquierda'', cuenta el zaguero central de la Categoría 1997. Sin embargo, tras operarse el 29 de mayo, comenzó un pequeño calvario: ''Seguía sintiendo mucho dolor y descubrieron, a las tres semanas de la operación, que la rodilla estaba infectada por una bacteria (estafilococo), la misma que me había entrado el año pasado por un forúnculo. Me volvieron a inertvernir drenándome la rodilla y de cinco a seis semanas estuve haciendo reposo. Recién a mediados de julio empecé con la recuperación".
-Preguntarte cómo estabas en esos días, creo que está de más.
-Cuando me lesioné se me vino el mundo abajo, estuve triste dos o tres días hasta que mi viejos, que estuvieron siempre conmigo, y toda mi familia, me levantaron. Luego con la infección, otra vez. Pero ya con la recuperación empecé a salir adelante. Me despejaba mucho estar con amigos porque si me quedaba solo maquinaba (sic). Pensé que no iba a volver a jugar y que si volvía no iba a ser el mismo. Cuando los traumatólogos, Pepe Biondi y Marcelo Pacheco, a quienes les estoy muy agradecidos junto al Doctor Viñas, me dieron la noticia que iba a hacer fútbol en la última práctica del año, no lo podía creer. Entré a la cancha y mis compañeros y el Técnico me recibieron con un aplauso.
-Encima a mitad de año varios compañeros tuyos comenzaron a entrenar con Primera y dos de ellos (Delgadillo y Vargas) tuvieron la suerte de debutar de la mano de Russo...
-Todo esto me pasó en mi mejor momento, cuando me lesioné estaba yendo a entrenar con Primera junto a ''Delga''. Sentí mucha tristeza pero a su vez me puse contento por los chicos.
Miguel llegó a Vélez a comienzos de 2011 para jugar en la Novena División, tras quedar libre de River donde hizo toda la etapa de Infantiles. Le costó ganarse el puesto pero una vez que lo obtuvo, a través de su garra y temperamento como segundo marcador central, prácticamente se aferró a él y comenzó a cosechar elogios por su gran juego aéreo y capacidad de anticipo. ''Los Tecnicos me dieron mucha confianza, desde Diego Monarriz para empezar sumar minutos, luego el Negro Gómez quien me dio la cinta de capitán en Sexta e hicimos un gran campeonato que perdimos en la última fecha. Mismo Walter Pico este año que me bancó mucho'', repasa el nacido en localidad de Moreno.
-¿Qué esperás para el 2016?
-Espero que sea un año positivo, me lo propuse. Va ser difícil porque en Cuarta es una etapa muy complicada. Me gustaría mucho hacer una buena Pretemporada, volver a jugar y en la medida de los posible debutar en Reserva para ya ganar experiencia en Primera.
-Arriba vas a tener fuerte competencia en el puesto. No solamente están Amor, Giannetti y ahora el arribo de Nasuti, sino también el Negro Ríos, que hará la Pretemporada con Primera.
-Sí, pero me tengo fe. Si me toca la chance de subir, tengo que estar preparado. Me ayuda mucho que en el Cuerpo Técnico estén Marcelo Romano y el Profe Alfredo Scianna, me conocen bastante bien y saben lo que pudo dar.
-¿Cómo viste a tus compañeros este año? Entre los lesionados y los jugadores que subieron, se desmembraron como equipo pero así todo hicieron un gran torneo.
-Sí, terminamos cuartos y sólo perdimos cuatro partidos. Hicieron un buen torneo los chicos, les costó el arranque porque pasamos de un 4-3-3 con el Negro a otro sistema con Walter y por suerte con el tiempo se pudieron adaptar muy bien.
Aferrado a la familia que componen sus padres Carlos y Sara, juntos a sus hermanas (Carla, Yesica, Carina) y sus sobrinos (Berenice, Valentina y Mijael); Miguel Brizuela prepara intensamente su vuelta y le gana tiempo a la Pretemporada entrenándose todos los días. ''Me siento muy cómodo en Vélez, ayuda que acá te dan oportunidades cosa que en otros lados no abunda'', subraya el Capitán de un equipo que, más allá de los que ya llegaron y luchan por mantenerse, aún tiene más jugadores que prometen gran futuro. Incluso los que se cayeron a fuerza de lesiones como Miguel, no detienen sus ganas de cumplir el sueño que todos anhelan.