Vélez se llevó tres puntos valiosos de Junín porque fue más que su rival, lo superó y le llegó tantas veces como se lo propuso, aunque las imprecisiones en la definición hicieron que debiera esperar para alcanzar la ventaja definitiva. El conjunto de Mauricio Pellegrino dominó a voluntad el encuentro, con pasajes de buen fútbol y mucho aplomo para manejar los tiempos, la pelota e intentar imponer condiciones.

El Fortín cerró otra presentación aprobada con creces, porque al muy buen primer tiempo, con situaciones y aproximaciones al arco local se le sumó una segunda etapa, tal vez con menos peso ofensivo, pero con la misma tranquilidad y paciencia para buscar los caminos al gol. La falta de precisión a la hora de definir fue el denominador común de la noche, porque antes del único tanto del cotejo, se sucedieron las terminaciones fallidas o bloqueadas, especialmente en los pies de Thiago Almada y Juan Martín Lucero. 

Arrancó mal el encuentro para El Fortín, porque Sarmiento no se la hizo fácil. Saltó a la cancha con una línea de cinco defensores y buscó cortar todos los circuitos de juego. Al minuto nomás, apareció por sorpresa el lateral García y desvió su remate apenas por arriba del travesaño. Resultó extraño ver al equipo de Pellegrino incómodo en esos primeros minutos, sin hacer pie y sufriendo la propuesta del local, que basó su juego en la presión y la preponderancia física para dominar a la visita.

El envión inicial duró poco más de 1 5 minutos, porque la presión y fricción se diluyó y fue Vélez el que torció el trámite del encuentro y con autoridad impuso condiciones. Manejó la pelota con prolijidad y le generó media docena de llegadas, pero se fue al descanso en cero, porque careció de eficacia para abrir el marcador.

La primera situación del Fortín estuvo en los pies de Thiago Almada, con un remate desde afuera del área, que controló Vicentín con dificultad. La siguiente la tuvo otra vez el Guayo, que se metió por derecha tras una gran habilitación de Lautaro Giannetti, pero no y no le pudo dar firmeza a su disparo, que terminó en las manos del arquero.

También tuvo su chance Tomás Guidara, que trepó y aprovechó una gran habilitación de Orellano, pero dudó a la hora de definir y su remate también fue controlado por el portero local. A los 24 minutos, una combinación entre Almada y Luca Orellano terminó con un remate del rubio extremo, que controló el guardavallas. Enseguida Matias De los Santos ganó de cabeza en un córner, se la bajó a Lucero, el delantero intentó una media chilena, que rebotó en el travesaño y se fue por arriba.

Pero la más clara de la etapa inicial fue la última, porque otra vez El Gato tuvo la apertura del marcador en sus pies, tras una gran combinación entre Federico Mancuello y Almada, pero el remate a pie abierto del centrodelantero se fue apenas al lado del palo.

Muy buen primer tiempo del equipo de Pellegrino, que se sobrepuso al sobresalto inicial y a fuerza de paciencia y orden fue superior a Sarmiento, lo desbordó y le creó varias ocasiones, pero le faltó puntería frente al arco para irse al descanso con la ventaja que mereció.

La segunda etapa fue similar, aunque el trajín del cotejo y la frustración por las repetidas oportunidades desaprovechadas le quitaron profundidad al juego de Vélez. La mejor acción de Thiago la tuvo en el comienzo del complemento, porque se asoció con Orellano, entró al area por derecha, desparramó a Mancinelli y cuando definió de zurda con el arquero implorando piedad, elevó su disparo por arriba del travesaño.

El predominio visitante continuó, pero ya sin tantas aproximaciones, por eso el pico emotivo de la jornada llegó recién a los 27 minutos del complemento, con una excelente maniobra que arrancó por la izquierda Lucas Janson, siguió con Almada, que se hamacó en la medialuna, la jugó en cortada para Orellano y este al medio para que Lucero sólo tuviera que empujarla, en un típico tanto de goleador. Lo gritó el mendocino y todo Vélez, que se sacó la mufa y se ilusionó con los pocos minutos que quedaban para el final del encuentro. 

A partir de la ventaja El Fortín fue mas cauto y cuidó la diferencia que le permitió confirmar el buen momento y la racha positiva que lo acerca a los de arriba en la tabla. Se retrasó unos metros y esperó casi sin sobresaltos hasta el pitazo final de Rapallini. 

Ganó Vélez, por primera vez en el torneo fuera de casa y volvió a sostener el triunfo desde el funcionamiento de un equipo que trabaja y sabe a qué juega, lo que despierta la ilusión de sus hinchas, que el sábado regresarán al Amalfitani para vivir una fiesta, ojalá sea con fútbol y goles.