Junta Histórica

¡Feliz Cumpleaños, Turu!

José Oscar Flores nació el 16 de mayo de 1971. Goleador, un enigma indescifrable para los rivales en el mano a mano, potente, lujoso, el Turu fue el ilusionista del equipo multicampeón de los 90. Un crack de potrero, un jugador distinto.

Por Junta Histórica

Transitó por todas las divisiones menores como marcador central hasta que, al llegar a Reserva, el Director Técnico Héctor Bentrón analizó sus características- gran manejo del balón y tendencia a lanzarse al ataque en forma constante-, y le propuso cambiar radicalmente su posición en la cancha.

A partir de entonces el "Turu" se convirtió en un atacante tremendo, con una gambeta enigmática, un pique que se tornaba incontenible cuando encontraba espacios para su velocidad, formidable pegada con ambas piernas y una capacidad goleadora que fue en aumento a medida que transcurría su carrera.

Su debut se produjo, de la mano de Roberto Rogel, el 28 de abril de 1991, en una derrota ante Boca por 2 a 0 en la Bombonera.  Se afianzó en el primer equipo con Eduardo Manera y, aunque con la llegada de Carlos Bianchi resignó algo de protagonismo, su aporte fue importante para el título logrado en el Clausura 1993, campeonato que terminó con una sequía de casi 25 años.

Conformó, junto al "Turco" Omar Asad, una dupla inolvidable que demolía defensas en base a fútbol y potencia, y que se consolidó en 1994 con la obtención de las Copas Libertadores e Intercontinental.

Esa temporada fue convocado por Daniel Passarella y jugó sus dos únicos partidos para la Selección Argentina, frente a Chile y Rumania. Un par de años antes había formado parte del equipo pre-olímpico que fracasó en su intento por clasificar a los Juegos de Barcelona 92. De aquel paso por la Selección Sub 23 todavía se recuerda un tanto soberbio que le marcó a Brasil en un amistoso jugado en el José Amalfitani.

Ya titular indiscutido, tuvo su mejor momento en 1995: se consagró como máximo scorer del Clausura con 14 anotaciones en 17 partidos jugados, y cerró el año con el título en el Apertura, en el que convirtió su gol más impactante, en la 18° fecha frente a Belgrano de Córdoba, después de eludir a todo aquel que se le pusiera delante, dejar desparramado dos veces al arquero Labarre y definir con el arco vacío.

El primer semestre de 1996 -último suyo con la V azulada sobre el pecho- mantuvo su altísimo nivel, anotó por duplicado ante el Sport Cartaginés de Costa Rica para la conquista de la Copa Interamericana y se despidió el 18 de agosto, la tarde en la que el empate 0 a 0 frente a Independiente significó un nuevo campeonato, el Clausura, para Vélez Sarsfield.

Aquella vuelta olímpica, en andas del pueblo fortinero, clausuró su extraordinaria etapa como jugador velezano en la que sumó 182 presencias (157 por torneos locales regulares, 3 por Copa Centenario, 15 por Copa Libertadores, 2 por Supercopa, 2 por Copa Interamericana, y 1 por Copa Conmebol, Recopa Sudamericana y Copa Intercontinental) en las que anotó 56 goles.

Flores.

Su nuevo destino fue España, donde dejó un recuerdo imborrable en la Unión Deportiva Las Palmas –es un auténtico ídolo-, Deportivo La Coruña, club con el que ganó la Liga en la temporada 1999/2000 y la Supercopa en 2000, y Mallorca, con el cual se adjudicó la Copa del Rey 2003. También jugó en el Valladolid y el Ciudad de Murcia, antes de volver a la Argentina para desempeñarse en Independiente y Aldosivi de Mar del Plata. En 2007 un fugaz paso por el Lyn Oslo noruego puso punto final a su notable trayectoria.

La llegada de Ricardo Gareca como entrenador motivó su regreso a Liniers, esta vez en el rol de ayudante de campo. Con el Flaco no habían podido campeonar cuando compartieron la delantera, pero lo hicieron 4 veces como parte del mismo cuerpo técnico: Clausura 2009, Clausura 2011, Inicial 2012 y Primera División 2012/2013.

A principios de 2014 el Tigre emigró a Brasil y fue precisamente el “Turu” el elegido para sucederlo. Y su presentación no pudo ser mejor: en su primer partido oficial a cargo del plantel el Fortín se impuso a Arsenal por 1 a 0 y se quedó con la Supercopa Argentina. Con este título, Flores consiguió lo que sólo Carlos Bianchi había logrado hasta entonces: ser campeón con Vélez como jugador y como entrenador.

Luego trabajó, brevemente y sin éxito, en Defensa y Justicia para regresar tiempo después a su querida Unión Deportiva Las Palmas, donde actualmente cumple funciones de Asistente Técnico, especie de nexo entre dirigentes, entrenador y jugadores, y disfruta del cariño de la afición canaria que, al igual que la hinchada fortinera, no olvida sus goles espectaculares, sus enganches impredecibles, su fútbol excelso.